De pronto le asaltó una idea.
- ¡Dios mío!- gritó-. ¡Ahora que pienso! ¡El combinado envenenado por ese canalla podía habérselo bebido cualquiera! ¡Yo mismo!
- Hay algo más terrible que usted no ha tenido en cuenta- dijo Poirot
-¿Qué?
- Que podía haber sido yo- contestó el detective tranquilamente.
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